Rox -not so- personal life

13.11.06

La grandiosidad chilanga

El fin de semana fuí -una vez mas- a chilangolandia. Compromisos familiares me "motivaron" a ir. El plan no parecía tan malo. Llegas, cenas y te vas. Ahora estoy entre negar a mi familia o correr el rumor que ya no vivo en Querétaro, para que la cercanía no sea motivo de invitación.

Experimentos científicos sobre sobrepoblación en ratas dan como resultado enfermedades, penurias, contaminación y ataques a muerte nada mas porque sí al final. Los chilangos no estan tan lejos de esa realidad. "La ciudad de la esperanza" apesta. Literalmente. Calles grises, sucias con gente harta, molesta. Caminaba a su lado vigilando no recibir un punta pié. Los que van en coche son peor. Creen que los pinches tsurus de plástico los protejerán del muro del periférico. Tanto tope-valla les ha matado tantas neuronas que terminan creyendose inmortales, superiores, que la vida o la seguridad del que va a lado vale tanto como las de los peces en su "grandioso" "lago" de chapultepec.

Los chilangos se regordean de vivir una gran ciudad, con grandes espectáculos, la crema y nata de la sociedad mexicana, lo más culturoso, darketo, izquierdoso e incluso, hacen de su naquez motivo de orgullo y califican de pueblerino, inculto, ranchero, provinciano a quien no sabe apreciar su "grandiocidad".

Lástima, es lo que me dan. Ya ni siquiera me dan risa. Aceptar que su ciudad es un asco sería como aceptar que les gusta revolcarse en la mierda. Es como si las putas aceptaran que les gusta sentir el miembrito de un gordo asqueroso y con aliento a alcohol adulterado.

Después de ver a un autobús cambiarse de carril para atropellar a unos peatones y ser víctimas de los chilangos más ególatras, idiotas y feos que hay -los tránsitos- me dio asco de ser mexicana. Asco de haber nacido ahí. Asco de una "democracia" que, si quieres pagar una multa, no hay donde porque es domingo y te tienes que quedar en la ciudad.

Mejor pagar mordida que quedarme un segundo más en ese basurero. Que se queden con su pinche corrupción y sus calles asquerosas.